Harley Quinn: el maltrato como lo aspiracional

¡Hola a todos! Bueno, tras las vacaciones y el veranito nos toca volver y he decidido retomar mi actividad en Domingo de Cine hablando de uno de los personajes de este verano: Harley Quinn en la película ‘Escuadron Suicida (2016)’, de David Ayer. Respecto a la película en sí poco tengo que decir, como muchos habréis comprobado este blockbuster no ha estado a la altura de las expectativas, pero creo relevante analizar la relación que en ella plantean entre Harley (Margot Robbie) y el Joker (Jared Leto) y, sobretodo, cómo la muestran al espectador.

Lo primero que me llamó la atención de la película es el tratamiento diferente que aquí se hace de la relación entre Joker y Harley en relación a la serie animada y a los comics que conozco (que ni mucho menos son todos). Hasta dónde llega mi conocimiento, la relación entre Joker y Harley siempre ha sido representada como una relación de maltrato puro, dónde siempre queda muy claro que el Joker hace un uso utilitario de Harley. Se hace referencia a que él no está muy interesado en el sexo y en muchas ocasiones llega a pegarla, depreciarla o abandonarla acudiendo sólo a ella si necesita de su ayuda. Es decir, en otros soportes que no sea el cine, siempre me quedó claro que el Joker no sentía absolutamente nada hacia Harley Queen.

En la película también vemos que al menos ha habido entre ellos una sesión de tortura aunque no se muestre explícitamente, por no decir que después el Joker se dedica a exhibir y ofrecer a su compañera cuál trofeo. Pero también se muestra un Joker “enamorado”, aunque este amor sea la forma de amar perversa. Lo que me preocupa es como este tipo de amor se idealiza en las imágenes que vemos y en el discurso de Harley Quinn.

No hay muchas escenas del Joker, pero lo que nos dejan ver de él es que es un perfecto psicópata absolutamente convencido de que, en el fondo, todo el mundo es malvado como él y se rebela frente aquellos que son capaces de sostener lo contrario. Así, es comprensible que el Joker encuentre irresistible seducir a una psiquiatra porque representa el orden frente al caos de la locura. Podemos entender que el Joker ama a Harley Queen porque ella representa fielmente la forma de pensar del Joker, es su ideal hecho realidad, lo que equivale a decir que al amar a Harley el Joker se sigue amando a sí mismo. Lo que desde luego el Joker no habría podido amar jamás es a la Dra. Harleen Quinzel, de quien por el momento no sabemos mucho.

Porque Harley Quinn no es más que una cáscara vacía, se convierte sin darse cuenta en aquello que los hombres de su alrededor esperan de ella. Es seductora, divertida, alocada, fuerte e inteligente pero sin llegar a ser del todo amenazante para sus compañeros. ¿Por qué la doctora Harleen Quinzel se transforma en Harley Quinn? Habrá que ver cómo responden esa pregunta en la película que están preparando sobre el personaje, pero en mi experiencia las mujeres muchas veces se amoldan sin querer a lo que creen que el hombre espera de ellas. Los motivos son variados: pueden no saber qué quieren ellas mismas y es más fácil adaptarse a lo que quiere otro, quizás consideran que no son lo suficientemente buenas y tienen que cambiar para ser queridas. También hay mucha presión social que puede llevar a esta posición porque se considera que si no eres amada por un hombre algo raro o malo hay contigo. En estas circunstancias, es muy fácil caer en situaciones de dependencia emocional y maltrato.

El problema viene cuando presentan a una Harley absolutamente encantada con esta situación de renuncia de sí misma y encima, la película lo muestra de una forma tan romántica e incluso poética, que convierte esta relación disfuncional en algo aspiracional. No me dio la sensación de estar frente a la historia de una mujer maltratada, sino frente a una mujer que gracias a su sacrificio es capaz de lograr que el pobre Joker, que no es malo sólo un incomprendido, pueda amar. Para mí, lo que termina de confirmar mi punto de vista es ése momento de la película dónde los protagonistas se enfrentan a sus deseos reprimidos. De nuevo en Harley Queen encontramos más de lo mismo, que su único deseo es seguir siendo la compañera del Jóker, cambiando mechas de colores por rulos eso sí. Ni rastro de ambivalencia o de miedo, de cierto malestar por ser utilizada, de la necesidad de una mujer que una vez fue una profesional valiosa por reencontrarse a sí misma, de aspirar a algo diferente…

Entiendo por tanto que el mensaje de la película en este punto es: no importa lo carismática, fuerte, valiente, inteligente, atractiva o audaz que seas, que si eres mujer lo importante es conseguir el amor de un hombre aunque debas renunciar a gran parte de tus cualidades en el camino. Si a eso unimos que el personaje de Harley Queen tiene un gran peso en la producción y que es muy atractivo, veremos a un montón de chicas que se identificaran con ella y no sólo a través de los millones de cosplays que ya campan por ahí, sino que absorberán los valores que representa.

Dicho todo esto, tengo la esperanza de que se haya realizado esta idealización a propósito para poder desarmarla en un futuro, que en las siguientes películas donde salgan estos personajes se muestre la realidad de una relación tóxica de este calibre y se cuide el trasfondo de un personaje femenino que se ha convertido en referente para muchos adolescentes. El cine no puede ignorar la responsabilidad que tiene sobre los mensajes que trasmite, ya que estos modelan la subjetividad del espectador, y por ahora ‘El Escuadrón Suicida’ ha realizado toda una apología de las relaciones de maltrato.