Víctimas de los vínculos

Últimamente el número de asesinatos y masacres que se produces y de los que dan cuenta los medios de comunicación parece haber aumentado de forma alarmante. Cuando un suceso así se produce, uno de los aspectos que más se debaten en los medios y que más mueve la opinión pública es: ¿son los padres responsables del terrible comportamiento de sus vástagos?. Deseo plantear un ejercicio de reflexión en torno a este tema, partiendo del visionado de la estupenda película “Tenemos que hablar de Kevin” (2011) de la directora Lynne Ramsay y tomando como referencia la noción de vínculo para analizar esta obra, entendiendo por vínculo la unión que se establece entre una persona y otra.

La historia se centra en una madre, una espectacular Tilda Swinton en el papel de Eva, de la que sabemos que intenta reorganizar su vida tras un hecho traumático en el cuál mucho tiene que ver su hijo Kevin. La forma de narración fragmentada de la película recrea a la perfección ese trabajo de elaboración post-traumático que hace el psiquismo del personaje de Eva en un intento de descubrir qué ha ocurrido, en qué falló y si hubiera podido evitarlo. La estupenda banda sonora del film, curiosamente alegre para escenas llenas de drama, acentúa aún más la ambivalencia que arrastra el personaje a través de este recorrido.

El gran acierto de la película es que no entra a juzgar a los personajes, deja ese trabajo al espectador. Y lo que vemos es a una mujer, Eva, fuerte, independiente y aventurera que decide en una noche de locura y pasión que le apetece ser madre. El problema vendrá cuando su deseo se cumpla, porque ya desde el embarazo Eva empieza a intuir que la responsabilidad de la maternidad es bastante incompatible con la vida que ha llevado hasta el momento. Y aquí es donde la gran interpretación de Tilda Swinton desborda la pantalla. En todo momento logra hacer patente la gran ambivalencia que gobierna la relación de Eva con su hijo Kevin. Porque Eva hace todas las acciones que se supone que debe hacer una buena madre, como ir a clases preparto, cuidar y consolar a su bebé, implicarse en la educación de su hijo, jugar con él, decirle que le quiere… pero la contradicción entre lo que hace y lo que transmite es palpable. No hace falta que Eva muestre su rechazo, porque sentimos su rechazo y lo que es peor, Kevin también lo siente.

Y aquí tenemos el otro lado del vínculo. Nuestro Kevin viene al mundo con un temperamento difícil, no hay duda, incluso inquietante. Es un bebé intranquilo y llorón, un reto para cualquier madre. La ambivalente Eva sentirá desde el principio que ese niño al que por un lado quiere, por otro lado ha venido para fastidiarle la vida. Nuestro pequeño bebé obviamente no se entera de nada, pero que no se entere no significa que no sienta y lo primero que percibe es el doble mensaje de esta madre que por un lado se esfuerza en cuidarle y por otro no puede evitar rechazarle. Un vínculo ambivalente es un vínculo inseguro, eso significa que constantemente hay que poner a prueba ese vínculo para asegurarnos que resiste y eso será lo que hará Kevin con su madre, la provocará de mil maneras diferentes a cada cual más imaginativa para comprobar si esa madre sigue a su lado a pesar de todo.

El resto de personajes en la familia son un contrapunto excelente para la relación de Kevin y su madre. Kevin se verá atrapado en ese vínculo malsano con su madre, así que los demás pasan a ser simples instrumentos que puede usar para provocarla. Por otro lado vemos que Eva si es capaz de construir vínculos más sanos, quiere a su marido a pesar de que éste no comparta su visión sobre Kevin, sobretodo porque su relación con el menor se basa en tratarle como un compañero de juegos; pero el verdadero contrapunto lo pondrá la llegada de la hermanita de Kevin. Que su madre sea capaz de crear otros vínculos es la amenaza a la que Kevin debe constantemente hacer frente, porque si su madre es capaz de vincularse a otros significa que puede abandonarle por ellos. Cuando esa amenaza tome visos de volverse realidad, será cuando la tragedia se desencadene. Y sucederá porque Kevin se ve impelido a defender el único vínculo verdadero que posee por muy malsano que sea, y lo hará de la única manera que conoce, fastidiando a su madre.

Y logra su objetivo, vaya si lo logra…

Artículo publicado en domingo de cine.

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