Dependencia Emocional parte 1

La dependencia emocional o afectiva es un trastorno de la esfera emocional y relacional, tiene que ver con cómo se forma el vínculo entre dos personas. Se caracteriza por la centralidad de un “objeto de amor”, al que se queda fijado el sujeto dependiente. La dependencia emocional puede ser unidireccional (un sujeto dependiente y otro narcisista) o bidireccional (codependencia).

La dependencia emocional tiene los mismos síntomas que otras adicciones con o sin droga (juegos de azar, compras). Aquí el sujeto también pasa por fenomenos de:

– Abstinencia: reacciones físicas y psicológicas que se desencadenan cuando una persona con una adicción deja de consumir. Siempre se presenta en todo proceso de deshabituación. Suele producir las reacciones contrarias a las que el consumo de la sustancia provoca. Por ejemplo, en el caso de una dependencia amorosa si la persona adicta cuando ve al objeto de amor se tranquiliza y calma, en la abstinencia habrá ansiedad y nervios. Es parte normal y necesaria del proceso.​

 Habituación: normalización del “consumo” o de la relación de dependencia. Las dos partes se ven y se relacionan de forma habitual, sellando el vínculo. No confundir con una formalización del vínculo, pues hay muchas relaciones de dependencia emocional que, precisamente, se caracterizan por un tira y afloja que evita el compromiso pero tampoco deja ir (no quiere ser mi pareja pero me escribe, me sigue por las redes sociales, nos vemos y luego no me habla en días…)

– Tolerancia: hace referencia a que cada vez se necesita una dosis mayor de la droga o de la conducta adictiva. En la depencia emocional, sería que cada vez la persona reclama más a la otra parte, se obsesiona con ella, toda su vida empieza a girar en torno a si me escribe o no, si me llama, si le gusto… Las cosas que antes me calmaban o servian para pasarlo bien ya no surgen efecto.

– Craving: el craving es un síndrome de abstinencia llevado al extremo, la persona siente que realmente se va a morir o volver loco si no consume o realiza la conducta adictiva. En la dependencia emocional es la parte más difícil de superar, es la necesidad imperiosa de entrar en contacto con la otra persona que se agrava a un más si el otro está intentando contactar conmigo o llamar mi atención. Esta angustia extrema es la que lleva a la reconciliación después de un intento de ruptura, aún sabiendo que la relación no me conviene.

La dependencia emocional, como toda adicción, se asienta primero en lo placenteros que resultan los primeros contactos o intercambios en la pareja. Pero después, lo que se busca es evitar el displacer de la abstinencia que surge frente a la soledad. Busco el contacto con el “objeto de amor” para calmarme, sentirme reasegurado, tranquilo, etc… Las relaciones rápidamente pasan de ser placenteras a ser tormentosas, con más momentos de pelea o angustia que de tranquilidad y felicidad. Una frase típica de una persona que está en este tipo de relación es “no paramos de pelear, me hace sentir mal; PERO cuando estamos bien, estamos MUY bien”. Normalmente hay cortos períodos de “luna de miel” seguidos de peleas o distanciamientos angustiosos cada vez más frecuentes.

Lo más importante es que la persona en una relación así, poco a poco, deja de poder concentrarse en otros aspectos de su vida. Todo gira en torno a lo que ocurre en la pareja, no pudiendo concentrarse o disfrutar de otras áreas de la vida. La dependencia emocional, como toda adicción, acaba destrozando la vida del sujeto que la padece.

Si te sientes identificad@ con estos síntomas y el ciclo que acabamos de describir, contacta con nosotros en el 634 648 398 / 611 400 393 o escribe a contacto@psicodinamicas.com

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